miércoles, 18 de enero de 2012

CUANDO APARECE EL PUDOR

A partir de los 3 años los niños empiezan a ser conscientes de cómo son y de cómo les ven los demás. Cada niño es distinto pero muchos ya pueden tener cierto pudor a la hora de hacer pis y caca o de desnudarse. Empiezan a reclamar intimidad.

- A esta edad el pudor es una mezcla de vergüenza y deseo de autonomía. La necesidad que tienen de hacer las cosas por sí mismos alcanza también la esfera de lo privado.
- Además, aunque solo sea por imitación o por identificación con uno de los progenitores (generalmente el del mismo sexo), los pequeños asumirán sus conductas de recato y se mostrarán igual de recelosos a la hora de mostrar determinadas partes de su cuerpo.
- Por otro lado, todavía desconocen la sexualidad adulta, así que es probable que se sientan un poco intimidados por aquello que poseen y que no saben muy bien qué representa. Esto, como en todo, dependerá de la personalidad del niño y de sus circunstancias.

¿Qué deben hacer los padres?
- Que tu hijo sienta pudor no es malo. El hecho de que el niño sea capaz de poner límites sobre sí mismo significa que se siente dueño de su cuerpo y que es capaz de ejercer cierto control sobre sus impulsos.
- Es importante que nuestra actitud contribuya a defender su intimidad y su pudor de una manera apropiada. Es decir, no hay que exagerar con una actitud excesivamente puritana, ni quitarle importancia.
- A los papás nos corresponde educar en la sexualidad y el conocimiento del propio cuerpo de una forma sana y natural, respondiendo a las dudas de nuestro hijo a medida que las vaya planteando.

 

¿Cómo afrontar situaciones habituales?
- Al hacer sus necesidades. Si tenemos la certeza de que el pequeño no corre peligro y sabe limpiarse bien, podemos dejarle solo mientras hace pis o caca si nos lo pide. Eso sí, sin echar el cerrojo.
- En el baño. No debemos dejarle nunca solo, pero podemos permitir que se bañe en una relativa intimidad dejando las cortinas semicorridas mientras nosotros hacemos otras cosas en el cuarto de baño. Dejaremos que se lave y se seque él solo si quiere (previamente habremos comprobado que lo hace bien). Por supuesto, supervisaremos siempre su seguridad.
- A la hora de vestirse. Si le da vergüenza que le vean desnudo, debemos intentar no mirarle directamente el culete y permitir que se ponga la ropa interior él solito.
- En la piscina o la playa. Si desea cambiarse el bañador en una zona privada o tapado con una toalla, adelante.
- En casa de los abuelos o los tíos. Hay que explicar a los familiares que el pequeño está en un momento en el que su intimidad es importante. Habrá que pedirles que le respeten y que nos consulten cualquier duda (como si dejarle solo en el baño o no).
- Con otros niños. En casa de sus primos, o en el cole a la hora de cambiarse para alguna actividad, es probable que le dé mucha vergüenza que le vean los niños del sexo contrario (aunque sea en braguitas o calzoncillos). Si podemos, debemos ofrecerle la posibilidad de cambiarse de ropa en un sitio privado o, si esto no es posible, por lo menos hacerlo entre compañeros del mismo sexo.
- Con uno de los papás. Puede suceder que durante esta etapa el pequeño se muestre pudoroso solo con uno de los progenitores (suele ser el del sexo contrario). En este caso habrá que respetar las necesidades del pequeño y hacerle saber que sus sentimientos son totalmente naturales.


¿Cómo detectar si hay un problema?
Algunas conductas exageradas pueden estar indicando un problema de abusos. Por eso es importante prestar atención y acudir a un especialista en caso de:
- Pánico a mostrar su cuerpo en situaciones razonables (en el médico, con nosotros...).
- Un exceso de información sobre sus genitales o su funcionamiento, o una conducta demasiado exhibicionista.
- Un comportamiento muy pudoroso unido a dibujos de alto contenido sexual.
- Cualquier marca física como irritaciones, heriditas o moratones en los genitales, aunque se los haya hecho él.
 
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