Sobreproteger a los niños dificulta su crecimiento y desarrollo en entornos diferentes al de su casa. Por eso, es importante que los padres tengan claro que se les debe proteger pero no crear a su alrededor una ‘burbuja’ que los aleje del mundo porque esto hace que los niños en un futuro sean inseguros.
Este exceso de cuidado, según algunos especialistas, obedece al temor del adulto respecto al hecho de que sus hijos crezcan y comiencen a ser independientes. Es una sensación frecuente en las madres por el vínculo que existe entre ellas y sus hijos; aunque no quiere decir que los padres no lo experimenten, pues ellos también pueden tener conductas de sobreprotección frente a sus pequeños.
Estas, según los pediatras, se registran con mayor frecuencia en los padres primerizos y obedecen a su ansiedad por crear un mundo ideal y dejar atrás los errores que, según ellos, cometieron sus padres.
Este exceso de cuidado, según algunos especialistas, obedece al temor del adulto respecto al hecho de que sus hijos crezcan y comiencen a ser independientes. Es una sensación frecuente en las madres por el vínculo que existe entre ellas y sus hijos; aunque no quiere decir que los padres no lo experimenten, pues ellos también pueden tener conductas de sobreprotección frente a sus pequeños.
Estas, según los pediatras, se registran con mayor frecuencia en los padres primerizos y obedecen a su ansiedad por crear un mundo ideal y dejar atrás los errores que, según ellos, cometieron sus padres.
¿Cómo es un niño sobreprotegido?
- Tímido.
- Le cuesta alejarse de sus padres.
- Inseguro de lo que hace y de su relación con los demás. Busca la protección de quienes lo rodean.
- Llora intensamente. Especialmente durante los primeros días de preescolar y, en algunos casos, la mamá debe ingresar al jardín para acompañar al niño mientras se acostumbra a ese nuevo espacio y a las personas están cerca de él.
- Nervioso y algo solitario. Para él es complicado relacionarse con otros niños de su misma edad y tiende a aislarse un poco.
- Dificultad en el desarrollo del lenguaje y, por lo mismo, para escribir y comprender. Esto se supera en el colegio, pero el choque para el niño en ocasiones es fuerte porque puede sentirse presionado para rendir igual que los otros.
- Pocas veces asume la responsabilidad de sus actos porque está acostumbrados a que sus padres lo hagan por él.
- Las consecuencias de la sobreprotección.
- Muchos hijos responden a la sobreprotección con la venganza. En cuanto pueden, tratan a sus padres de la misma manera hostil como fueron tratados.
- Se tornan niños ansiosos y temerosos.
- Se vuelven egocéntricos y muchas veces tiranos con su entorno.
- Tienen serias dificultades para poder separarse.
- De adultos, tienden a tener dificultades para separarse de parejas abusadoras o maltratadoras.
- No rinden pues sienten que son incapaces y están atrapados en ser bebés.
¿Cómo evitar esta situación?
Evitar la sobreprotección es complicado, pues se puede llegar a ella en el momento menos pensado y sin que los padres lo noten.
Tener en cuenta tres principios fundamentales en la crianza de los niños: amor, disciplina y respeto.
Con estos se puede brindar al niño una crianza equilibrada en la cual hay afecto, ecuación y se le enseña el respeto por lo que hace y lo que hacen los demás.
Siempre se le debe permitir al niño que explore su entorno pero con supervisión. Lo ideal es que los padres lo acompañen en esa exploración para que pueda aprender con seguridad y se creen lazos más fuertes.
De esta manera, se le brinda más confianza y se le permite interactuar con el mundo.
Lo ideal es proteger, no sobreproteger, y esto se logra confiando en su capacidad para relacionarse con otros.
Hay que estimular al niño para que investigue y, sobre todo, hablarle claro para que se relacione con los demás seguro de sí mismo y no se sienta relegado.
- Tímido.
- Le cuesta alejarse de sus padres.
- Inseguro de lo que hace y de su relación con los demás. Busca la protección de quienes lo rodean.
- Llora intensamente. Especialmente durante los primeros días de preescolar y, en algunos casos, la mamá debe ingresar al jardín para acompañar al niño mientras se acostumbra a ese nuevo espacio y a las personas están cerca de él.
- Nervioso y algo solitario. Para él es complicado relacionarse con otros niños de su misma edad y tiende a aislarse un poco.
- Dificultad en el desarrollo del lenguaje y, por lo mismo, para escribir y comprender. Esto se supera en el colegio, pero el choque para el niño en ocasiones es fuerte porque puede sentirse presionado para rendir igual que los otros.
- Pocas veces asume la responsabilidad de sus actos porque está acostumbrados a que sus padres lo hagan por él.
- Las consecuencias de la sobreprotección.
- Muchos hijos responden a la sobreprotección con la venganza. En cuanto pueden, tratan a sus padres de la misma manera hostil como fueron tratados.
- Se tornan niños ansiosos y temerosos.
- Se vuelven egocéntricos y muchas veces tiranos con su entorno.
- Tienen serias dificultades para poder separarse.
- De adultos, tienden a tener dificultades para separarse de parejas abusadoras o maltratadoras.
- No rinden pues sienten que son incapaces y están atrapados en ser bebés.
¿Cómo evitar esta situación?
Evitar la sobreprotección es complicado, pues se puede llegar a ella en el momento menos pensado y sin que los padres lo noten.
Tener en cuenta tres principios fundamentales en la crianza de los niños: amor, disciplina y respeto.
Con estos se puede brindar al niño una crianza equilibrada en la cual hay afecto, ecuación y se le enseña el respeto por lo que hace y lo que hacen los demás.
Siempre se le debe permitir al niño que explore su entorno pero con supervisión. Lo ideal es que los padres lo acompañen en esa exploración para que pueda aprender con seguridad y se creen lazos más fuertes.
De esta manera, se le brinda más confianza y se le permite interactuar con el mundo.
Lo ideal es proteger, no sobreproteger, y esto se logra confiando en su capacidad para relacionarse con otros.
Hay que estimular al niño para que investigue y, sobre todo, hablarle claro para que se relacione con los demás seguro de sí mismo y no se sienta relegado.
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