1. El modelo de la cuna es importante, pero debe estar de acuerdo con la seguridad, el confort y la resistencia del mueble para que el bebé pueda descansar sin correr ningún tipo de riesgo.
2. Evita poner objetos pesados sobre la cuna, como estanterías, ventiladores de techo, cuadros y lámparas colgantes.
3. Cuánto más despejada esté la habitación, mejor. Que todo tenga su sitio, los juguetes, la ropita, etc. Evita dejar cositas en el centro de la habitación para evitar que tropieces con algún objeto o algún mueble.
4. Nada de exageraciones en cuanto a los muebles. Elige sólo los que vas a utilizar de verdad, es decir, la cuna, una mesita de noche, un vestidor con cajones, una silla cómoda, una juguetera, y un cubo de basura.
5. Elige una habitación para el bebé que esté cerca de la tuya. Así podrás atenderle con más facilidad.
6. Busca colores suaves tanto para las paredes como para los muebles de la habitación. Los colores ejercen un efecto en los bebés. Cuánto más ligeros, mejor. Les transmitirán tranquilidad, e influirá en su sueño.
7. El dormitorio del bebé debe estar bien iluminado y ventilado, para evitar la humedad, los ácaros, y las consecuentes alergias.
8. La limpieza es esencial. En los primeros meses, principalmente, evita poner alfombras en la habitación de tu bebé. Estarás evitando la concentración de polvo y suciedad.
9. Tranquilidad es la palabra clave para conseguir una habitación ideal para el bebé. Si es posible, que tenga un buen aislamiento acústico.
10. Para la disposición de los muebles, puedes recurrir a técnicas como el Feng Shui. Conozco gente que lo ha seguido y que dice que vale la pena.
FUENTE: www.guiainfantil.com
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