Como introducción a esta aportación, quiero destacar la publicidad que hace Lupe Jones del certamen “Nuestra Belleza México”. A mí no me ha convencido, y a ustedes, ¿les convencería?
“Nuestra Belleza Infantil nace en el año 2000. Con el objetivo de fomentar en las niñas y padres de familia, la cultura por participar en los concursos de belleza, promoviendo a través de su participación la importancia de los valores y actividades que motiven la creatividad y socialización de las niñas, dando con esto oportunidades de desarrollo y crecimiento personal.
Es importante para nosotros que las niñas participen en el concurso conservando su espontaneidad, naturalidad y lo más importante que no pierdan su esencia e inocencia, siempre respetando su edad. En este concurso lo que importa es el talento y desenvoltura de las niñas ya que todas ellas deben presentar su habilidad y capacidad para el canto, baile y/o actuación para poder aspirar a portar la corona de Nuestra Belleza infantil”.
Hoy en día, cada vez con más frecuencia vemos a las niñas vestidas y actuando como mujeres mayores, influenciadas, en gran parte, por las series de televisión, la publicidad e incluso los juguetes. Esta tendencia (que va más allá de una simple moda) refleja una cultura sexualizada que puede estar robando la infancia a nuestra niña.
Continuamente, revistas bastantes famosas publican fotos de niñas con ropas, joyas y zapatos bastante caros. Nada hubiese desentonado, de no ser porque estas modelos eran menores de 8 años y fueron fotografiadas con vestidos de raso, tacones altísimos, maquillaje, poses sensuales y miradas perdidas.
Pero, ¿es realmente un problema presentar a una niña con atuendos que no son adecuados con su edad?
Diferentes estudios han demostrado que estas representaciones de las revistas y la moda no son tan inocuas como parecen. El fenómeno es conocido como “sexualización de la infancia” y, cada vez va ganado más terreno. Consiste en imponer la sexualidad adulta a niños y jóvenes antes de que desarrollen la capacidad mental, emocional y física para lidiar con ella, según explica la psicóloga Linda Papadopoulos en su informe, que indica que tanto las niñas como los niños son presionados para emular estereotipos masculinos o femeninos desde una edad cada vez más temprana, aunque son las niñas las que resultan más afectadas. Se les vende la idea de que tienen que mostrarse sexis y se las alaba en función de sus atributos físicos. Sus demás CUALIDADES carecen de importancia.
“LA CULTURA DE LOS “SEXI” LLEVA A LAS NIÑAS A EVALUARSE EN TÉRMINOS DEL DESEO SEXUAL QUE PUEDAN DESPERTAR EN OTROS” Esto también pueden conllevar pasar de la minifalda a la anorexia.
BOMBARDEO SEXISTA
En su estudio La sexualización de las niñas (2010), alerta a los padres sobre el trasfondo de ciertos productos que encuentran en el mercado: desde “muñecas que visten minifaldas de cuero, hasta tiendas de ropas que venden tangas en tallas para niñas de 7 a 10 años, con eslóganes como “bombón”. Además de estas cosas el informe hace incapié en la influencia de los medios y la publicidad. Indica que el acceso libre a internet los ha convertido en objetivo fácil de la pornografía, y por si fuera poco la imaginería sexual en la publicidad es cada vez más frecuente.
Para llegar a pasar de niña a mujer demasiado rápido, la APA advierte que la niña ha tenido que pasar por un proceso de sexualización que comienza por la sociedad general (con medios de comunicación y entretenimiento que promueve modelos donde el sexo, el culto al cuerpo y la visión de una mujer sexualizada parecen algo bueno o normal), hasta llegar a su círculo más cercano, que también la anima a adoptar estas poses. Por último es la propia niña la que descubre que una apariencia y un comportamiento sexualizado son aprobados e incluso demandados por la sociedad y la gente que la rodea, y comienza a buscar por sí misma ser un objeto sexual.
Por lo tanto, no se promueve ningún valor, como en su momento dijo Lupe Jones. Hay que pensar que hay tantas madres que desean que sus hijas se hagan famosas y que las saquen de pobres y las mantengan, y las ofrecen solo prácticamente para que cumplan su sueño. Por favor, pensemos que son niñas que se merecen una vida normal.
A continuación os dejo unos videos dónde se demuestra lo que las niñas sufren, por el capricho de sus madres.
Revista "La misión"
El último vídeo de la madre obligando a su hija a depilarse es impresionante. Qué tipo de educación puede ofrecer una madre que somete a su hija de esta forma.
ResponderEliminarsi yo siendo una mujer de 32 años me duele cuando me depilo con cera, ahora me imagino el dolor de la criatura!!!.... de verdad el mundo se esta perdiendo, nosotras las madres queremos lo mejor para nuestros hijos, pero no para exponerlos asi q equivocada esta la señora hagase tratar con un buen psiquiatra en los 3 videos
ResponderEliminarVIEJA LOCA, DEPILESA CON CERA HABER SI NO LE DUELE, ESTUPIDA LO QUE NECESITA ES UN PSIQUIATRA.
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