Si bien la educación moral propiamente se inicia en fases posteriores, los primeros modelos, usos y costumbres --la vida en el hogar familiar-- entran a formar parte fundamental del contenido de la conciencia. En estas edades, familia y colegio pueden presentar modelos de conducta a los niños (ser ejemplo y ofrecer ejemplos) y promover, a través de la observación e imitación, la adquisición de hábitos que con el tiempo llegarán a racionalizarse.
Es muy importante hacerlo así, atendiendo al período sensitivo del sentido de la justicia (lo que es bueno y lo que es malo), y procurar una educación temprana y preventiva de la conciencia moral. También tienen lugar en esta etapa los momentos óptimos para desarrollar hábitos de orden, austeridad, obediencia y sinceridad, que más adelante se podrán asumir como valores y virtudes.
Objetivos:
1) Establecer límites a la actividad del niño, de modo que comprenda que el deseo subjetivo no puede ser absoluto. Mostrar al niño la existencia de unas reglas ajenas a él, que deben respetarse.
2) Desarrollar la capacidad de autocontrol del niño, según se va consolidando su maduración cerebral.
3) Inicio de la formación del carácter mediante el ejercicio en la vida diaria de hábitos básicos:
- orden: en horarios, en actividades, con sus juguetes
- obediencia e iniciativa
- aceptar las reglas de los juegos
- respetar las propiedades de otros
- generosidad: dar y compartir objetos --juguetes, cuentos, golosinas
- austeridad: vencer los caprichos
- progresiva comprensión de las consecuencias de los propios actos
- tratar a los demás como a él le gustaría que le tratasen
- sinceridad
- resolver autónomamente pequeños encargos
* Medios:
Si en todas la etapas va a tener su importancia el ser estímulo para la virtud, el dar buen ejemplo habitual, más aún en la etapa infantil, en la que el niño aprende fundamentalmente imitando.
- Ejercer la autoridad y fomentar la iniciativa. Aunque la obediencia no es el único medio para educar, es uno de los primeros que se necesita utilizar. Sin educación de la obediencia no hay educación de la conciencia: quien no ha aprendido en los primeros años a obedecer a sus padres y educadores, difícilmente será capaz --más adelante-- de obedecer a la voz de su conciencia.
- Rimas, música, canciones, creaciones artísticas..., que desarrollen la sensibilidad y el gusto por lo bello.
- Programa de educación en valores. Conviene que incluya:
- Cuentos y narraciones, ya sea leídos, dramatizados o en video. Es imprescindible que las imágenes y escenas se presenten ante los niños plásticamente (las imágenes arrastran). Además, las narraciones muestran a los niños los papeles que es posible representar en la vida, les ayudan a conocer mejor los entresijos de la sociedad.
- Programa de obras incidentales para la familia y el aula.
- Encargos familiares y de aula.
- Pequeñas renuncias en favor de los más necesitados (algún juguete, etc.).
Es muy importante hacerlo así, atendiendo al período sensitivo del sentido de la justicia (lo que es bueno y lo que es malo), y procurar una educación temprana y preventiva de la conciencia moral. También tienen lugar en esta etapa los momentos óptimos para desarrollar hábitos de orden, austeridad, obediencia y sinceridad, que más adelante se podrán asumir como valores y virtudes.
Objetivos:
1) Establecer límites a la actividad del niño, de modo que comprenda que el deseo subjetivo no puede ser absoluto. Mostrar al niño la existencia de unas reglas ajenas a él, que deben respetarse.
2) Desarrollar la capacidad de autocontrol del niño, según se va consolidando su maduración cerebral.
3) Inicio de la formación del carácter mediante el ejercicio en la vida diaria de hábitos básicos:
- orden: en horarios, en actividades, con sus juguetes
- obediencia e iniciativa
- aceptar las reglas de los juegos
- respetar las propiedades de otros
- generosidad: dar y compartir objetos --juguetes, cuentos, golosinas
- austeridad: vencer los caprichos
- progresiva comprensión de las consecuencias de los propios actos
- tratar a los demás como a él le gustaría que le tratasen
- sinceridad
- resolver autónomamente pequeños encargos
* Medios:
Si en todas la etapas va a tener su importancia el ser estímulo para la virtud, el dar buen ejemplo habitual, más aún en la etapa infantil, en la que el niño aprende fundamentalmente imitando.
- Ejercer la autoridad y fomentar la iniciativa. Aunque la obediencia no es el único medio para educar, es uno de los primeros que se necesita utilizar. Sin educación de la obediencia no hay educación de la conciencia: quien no ha aprendido en los primeros años a obedecer a sus padres y educadores, difícilmente será capaz --más adelante-- de obedecer a la voz de su conciencia.
- Rimas, música, canciones, creaciones artísticas..., que desarrollen la sensibilidad y el gusto por lo bello.
- Programa de educación en valores. Conviene que incluya:
- Cuentos y narraciones, ya sea leídos, dramatizados o en video. Es imprescindible que las imágenes y escenas se presenten ante los niños plásticamente (las imágenes arrastran). Además, las narraciones muestran a los niños los papeles que es posible representar en la vida, les ayudan a conocer mejor los entresijos de la sociedad.
- Programa de obras incidentales para la familia y el aula.
- Encargos familiares y de aula.
- Pequeñas renuncias en favor de los más necesitados (algún juguete, etc.).
Fuente: pilaresbasicos.blogspot.com
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