En el libro “El Valor de Educar” se tratan diversos temas que están a la orden del día pero que quizás no los tengamos en cuenta en nuestra convivencia. Para empezar está claro que hay que educar igualmente para la formación que para la convivencia, inculcando una serie de valores que es lo que realmente nos va a caracterizar como humanos. Por supuesto, remarcar el aspecto de la imperiosa necesidad de tener una buena base en la educación, como sería una figura de autoridad a la que debemos respetar y la que nos servirá de guía, patrón y modelo a seguir. Fundamentalmente en casa, dentro del seno familiar, es donde este patrón o figura debe tomar forma para continuar mas tarde en la escuela, que son los lugares donde el niño pasa más tiempo. Este patrón debe venir impuesto principalmente por los padres o tutores, no dejando caer toda esa responsabilidad en los profesores, actuación que se suele dar en muchas ocasiones.
El profesorado debe intentar impartir las enseñanzas haciéndose respetar pero sin ejercer un abuso de autoridad e intentando razonar y justificar esas enseñanzas, que será la mejor forma de que los alumnos la asimilen y como citamos anteriormente teniendo en cuenta las capacidades de cada niño. Siempre debemos hacer participes a los alumnos de la importancia de lo que van a aprender así como lo que va a suponer para ellos y fomentar el respeto y la convivencia entre iguales.
Según estudios, esta demostrado, que los niños pasan demasiado tiempo viendo la tele, lo que hace que pierdan parte de la inocencia necesaria para que mantengan el interés ante la enseñanza de algo que desconocen; en ocasiones se une este exceso de horas de televisión a la falta de control sobre ello por parte de los padres, que hace que los niños puedan ver “cualquier cosa”.
Todos obtenemos consecuencias, entre ellas enseñanzas, de lo que vivimos ya sea en la educación formal, no formal o informal.
En todo momento hay que tener en cuenta las capacidades, necesidades e intereses del niño ante la situación de imponerle una educación, al igual que intentar conseguir un equilibrio entre el tipo de materias impartidas y contar con que cada asignatura es importante para una faceta de nuestra vida, sin menospreciar ninguna de ellas; sumamente importante para todos los niños es la parte del juego, totalmente necesario y mediante el cual pueden aprender mucho, por lo tanto es conveniente aplicarlo según la etapa del niño incluso en la enseñanza.
Por lo tanto considero necesario, ese equilibrio entre asignaturas de diversas ramas (ciencias-letras) y no prescindir de ninguna de ellas ni mitificarlas en exceso.
En el libro vemos reflejado, y es un tema que vemos todos los días, ya sea defendíéndolo o acusando las injusticias, el derecho que lo es de todos los niños a tener una educación. El ideal sería una educación universal con los mismos criterios para todos sin distinción de situación geográfica, económica y social y que esto no influya para privar a ningún niño de este modelo de educación necesaria para su desarrollo y convivencia e integración en la sociedad.
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