Babeo, dientes y cuchara. Todo coincide en el tiempo y no es casualidad. Los dientes de leche comienzan a asomar entre los 6 y los 9 meses, pero llevan ya algún tiempo creciendo en los núcleos dentarios, lo que produce la irritación de las encías y acentúa la salivación. Si observas en su boquita la zona donde el diente está a punto de erupcionar, la encontrarás algo enrojecida e hinchada y es posible que tu hijo se muestre más irritable y molesto, que sus mejillas se enciendan y que babee más que nunca.
No sabe tragar
Cuando nace, las glándulas salivares del bebé segregan muy poca saliva. Pero tampoco le hace falta más, ya que sólo se alimenta de leche. A partir de los 4-5 meses, su organismo empieza a necesitar otros alimentos. El pediatra te indicará la introducción de los cereales y purés. Y te aconsejará que empieces a ofrecerle la papilla con cuchara y no con el biberón. No es un capricho: tu pequeño tiene que aprender a mezclar el alimento con la saliva y a moverlo desde la punta de la lengua hacia la parte trasera para luego deglutir. La saliva no solamente cumple una función digestiva, sino que ayuda a tragar. Procura depositar el contenido de la cuchara en la parte media de su lengua. Si lo haces en la punta, observarás que lo escupe. No quiere decir que le disguste la comida, sino que le cuesta trasladarla hacia atrás.
Granitos en su piel
En torno a su boca, un montón de granitos afean su piel. La culpa es de las babas. Para evitar que su delicada epidermis se irrite y reseque, toma nota:
· Sécale la boca, el mentón y el cuello a menudo con una toallita.
· Durante el día, ponle un babero absorbente. Evitarás que la ropa en torno a su cuello este siempre empapada.
· A la hora de dormir, coloca una toalla bajo la sábana para que la piel de su cara no esté en contacto constante con las babas.
· Aplícale una crema que hidrate su piel y la proteja de la humedad.
FUENTE:http://www.guiadelnino.com/bebe/cuidados-del-bebe/tu-bebe-babea-mucho
No sabe tragar
Cuando nace, las glándulas salivares del bebé segregan muy poca saliva. Pero tampoco le hace falta más, ya que sólo se alimenta de leche. A partir de los 4-5 meses, su organismo empieza a necesitar otros alimentos. El pediatra te indicará la introducción de los cereales y purés. Y te aconsejará que empieces a ofrecerle la papilla con cuchara y no con el biberón. No es un capricho: tu pequeño tiene que aprender a mezclar el alimento con la saliva y a moverlo desde la punta de la lengua hacia la parte trasera para luego deglutir. La saliva no solamente cumple una función digestiva, sino que ayuda a tragar. Procura depositar el contenido de la cuchara en la parte media de su lengua. Si lo haces en la punta, observarás que lo escupe. No quiere decir que le disguste la comida, sino que le cuesta trasladarla hacia atrás.
Granitos en su piel
En torno a su boca, un montón de granitos afean su piel. La culpa es de las babas. Para evitar que su delicada epidermis se irrite y reseque, toma nota:
· Sécale la boca, el mentón y el cuello a menudo con una toallita.
· Durante el día, ponle un babero absorbente. Evitarás que la ropa en torno a su cuello este siempre empapada.
· A la hora de dormir, coloca una toalla bajo la sábana para que la piel de su cara no esté en contacto constante con las babas.
· Aplícale una crema que hidrate su piel y la proteja de la humedad.
FUENTE:http://www.guiadelnino.com/bebe/cuidados-del-bebe/tu-bebe-babea-mucho
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