martes, 6 de diciembre de 2011

PEQUEÑAS DOLENCIAS

Cada día será diferente para tu bebé  y quizás las pequeñas heridas formen parte del mismo. A continuación encontrarás unas pautas útiles sobre cómo tratar algunos de estos problemillas; si bien esto no reemplaza nunca el consejo de un pediatra. Las recomendaciones sobre salud son las mismas en todas las edades, si bien hay dolencias que se repiten en ciertas etapas más que en otras.

 

Con el otoño llegan los resfriados

Los bebés son más propensos a las enfermedades infecciosas como el resfriado, ya que su sistema inmunológico no está aún maduro.
Aunque sus defensas se fortalecen cuando son atacadas por un virus, es bueno prevenir al máximo su contagio, ya que se pueden derivar en una enfermedad más grave.

La prevención
Lo mejor es proteger al bebé de los ambientes donde puede ser contagiado por un virus.
Si entre la familia o amigos hay alguien resfriado es mejor que no se acerque mucho al bebé y que tengan las manos limpias al tocarlos. Aunque a veces el contagio es inevitable, sobretodo si hay algún hermano mayor que transmita los virus de la guardería.
Si el bebé ya toma alimentos sólidos, será bueno que tome frutas y verduras ya que son ricas en vitamina C. Las frutas y verduras que más tienen son: kiwi, piña, caqui, cítricos, melón, fresas, pimientos, tomate, brasicáceas (verduras de la familia de la col) y las espinacas. Consulta con tu pediatra que tipos de frutas o verduras son más aconsejables para su edad.
Un simple resfriado puede resultar muy molesto para un bebé, sobretodo si se le tapa la nariz y tienen problemas la chupar el pecho o el biberón. Así que es normal que lloriqueen y se quejen.
Si come y duerme con tranquilidad, no podremos hacer otra cosa que esperar que se le pase el resfriado y estar alerta por si se produce algún cambio que puede indicar que sufre algo más serio.
Si tiene alguno de estos síntomas es mejor llevarlo al pediatra ya que se puede ser alguna enfermedad más seria:
·          Fiebre persistente durante 3 días o cambios bruscos de temperatura
·          El niño esté menos activo, con un cambio brusco en la manera de comportarse
·          Que emita gemidos y se rasque el oído
·          Problemas respiratorios como respiración difícil, con carraspeos o silbidos
·          Ganglios del cuello, axilas o ingles hinchados

Bueno tener a mano
Es bueno ser previsores y tener siempre a mano:
·          Termómetro
·          Suero fisiológico
·          Aspirador nasal

Fiebre
Si está acatarrado se tiene que tomar la temperatura al menos 2 veces al día. Una temperatura rectal superior a 38º normalmente ya se considera fiebre. Que tenga un poco de fiebre no es necesariamente peligroso, pero si que se tiene que vigilar si se trata de una subida repentina. En este caso es mejor consultarlo con el pediatra.
Si el bebé tiene menos de 3 meses y tiene un aumento de temperatura si que se debe visitar al pediatra lo antes posible.









Congestión nasal
Si el bebé tiene un tapón nasal que dificulta el sueño y su alimentación, se puede usar suero fisiológico. Si las secreciones nasales son espesas se puede utilizar un aspirador nasal.
Nunca hay que usar gotas vasoconstrictoras y las gotas o sprays descongestionadotes tampoco se aconsejan para bebés menores de 6 meses.




Desde el nacimiento hasta los 3 meses


Diarrea:
En esta edad, algunos bebés pueden presentar problemas de digestión menores. Amamantado con leche materna, las caquitas de tu bebé pueden ser amarillas y bastante líquidas, y probablemente le cambies el pañal de siete a ocho veces al día. Aunque sea común, la diarrea puede ser peligrosa para tu bebé. Puede deshidratarse muy rápido, así que siempre consulta al pediatra, ya que él puede recetarte sobrecitos de solución de rehidratación para que tu bebé los beba. Vigila su peso y si vomita, se muestra constantemente molesto o llora más de lo habitual, visita a tu médico. Sean cuales sean los síntomas, es fundamental que tu pediatra examine a tu bebé.


Estreñimiento:
Si, por el contrario, tu bebé está defecando caquitas duras* o pequeñas y llora cuando evacua, consulta a tu pediatra.
 * Si le das biberón en lugar del pecho, generalmente sus caquitas serán más firmes y menos frecuentes.

Regurgitaciones:



Lo que no se debe hacer:
Lo que sí se debe hacer:
Ponerle en posición de sentado, en particular en una sillita para bebés
Dejar más espacio de tiempo entre las tomas
Llevarle a entornos con humo
Utilizar una leche más espesa
Darle zumos de frutas


Forzar a tu bebe a que termine el biberon
Hacer que tu bebé expulse los gases varias veces antes de acostarse 

Levantar el colchón muy levemente
Las regurgitaciones se producen cuando la leche del estómago vuelve a subir hacia su boca. Es muy común en casi todos los bebés. Por lo general, los bebés superan este problema entre los 6 y los 12 meses, cuando empiezan a sentarse. Para ayudar a tu bebé a sostener con mayor facilidad su biberón y evitar el reflujo, te presentamos a continuación unas pautas a seguir:

Tu pediatra también puede recomendarte una leche especial para lactantes con regurgitaciones, si lo cree conveniente.


Cólicos:
En esta edad pueden presentarse los cólicos. Los bebés pueden llorar durante mucho tiempo, en ocasiones horas seguidas, pareciendo inconsolables. Toda la familia se asustará y quizás te culpes de no poder calmar a tu bebé… ¡pero no hay nada que puedas hacer! Si tu bebé come normalmente, sonríe fuera de estos períodos de llanto y tu pediatra te dice que todo está bien, no hay porqué preocuparse. Relájate, toma a tu bebé y mécelo con dulzura. Esto lo consolará y tranquilizará un poco.

Fiebre:
La fiebre no es normal y debes vigilarla. No dudes en consultar a tu pediatra.

De 3 a 6 meses

 

Gastroenteritis, resfriados y otros síntomas menores:
Para evitar que tu bebé enferme de gastroenteritis o se contagie de otros virus, la mejor prevención es lavarle las manos a menudo. Asegúrate de pedir a todas las personas en contacto con tu bebé que también se laven las manos.
Los bebés respiran por la nariz. Cuando la nariz está tapada, tienen problemas respiratorios. Si tu hijo tiene un resfriado común, el mejor remedio es una solución salina. No obstante, si el problema persiste o está acompañado de una respiración sibilante u otros síntomas, lleva a tu bebé al pediatra. 

De 6 a 9 meses


Dermatitis del pañal:
Durante la dentición de los bebés, no es raro que tengan el culito rojo. Puede tratarse de dermatitis del pañal y es conveniente hacer una visita al pediatra. No olvides que una higiene estricta es fundamental. Lava el culito de tu bebé con agua y jabón suave después de cada evacuación y sécalo suavemente. Si es necesario, tu pediatra te recetará una cremita protectora. Cambia el pañal de tu bebé tan a menudo como te sea posible. La dermatitis del pañal se puede presentar rápidamente, pero puede ser difícil deshacerse de ella.


Infección de oído:
Cuando los bebés tienen un resfriado, también pueden tener una infección de oído. Además, esto puede ir acompañado de fiebre y, algunas veces, también de diarrea. Tu bebé puede estar malhumorado, sacudir la cabeza cuando llora, o incluso tocar su oreja constantemente. Consulta a tu pediatra ante la menor duda.

Fiebre:
Las infecciones virales pueden provocar fiebre a tu bebé. Evita abrigarlo demasiado y comprueba la temperatura ambiente (a más de 20°C la habitación está demasiado caliente). Da de beber regularmente a tu bebé y la medicación contra la fiebre que te haya recetado el pediatra. También se recomienda bañarlo en agua caliente y masajearle suavemente la cabeza. Si tu bebé duerme demasiado o se comporta de un modo inusual, acude al pediatra inmediatamente.

De 9 meses a 3 años

Enfermedades infantiles:
En esta etapa, los bebés ya no están protegidos por los anticuerpos de su madre. Además, empiezan a estar en contacto con otros niños y pueden contagiarse de virus de peluches o juguetes. Por ello, durante este periodo pueden producirse enfermedades infantiles como, por ejemplo, enfermedades acompañadas de erupciones en la piel: el sarampión, la rubéola y la varicela. Las paperas, no obstante, puede reconocerse por una inflamación bajo la quijada. Si tu bebé contrae alguna de estas enfermedades, acude al pediatra y comprueba su temperatura regularmente. Las paperas, el sarampión y la rubéola también pueden prevenirse mediante vacunación.

Pequeñas heridas diarias:
Ahora tu bebé está aprendiendo a caminar y comienza a explorarlo todo. Por lo tanto, puede caerse y hacerse daño fácilmente. Para los golpes, el mejor remedio consiste en frotarle la zona amoratada con un guante relleno de hielo varias veces al día. Tu pediatra también puede recomendarte que le apliques alguna pomada.

Fuente: www.nestlebaby.com

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