domingo, 12 de febrero de 2012

LOS NIÑOS Y LOS LÍMITES

Los límites marcan el camino

       El tema de los límites tiene varios vértices ya que como padres , queremos hacer lo mejor posible a la hora de educar a nuestros hijos, y a veces dudamos en como establecer los límites, sobre todo dudamos en cómo hacerlo , y nos preguntamos qué es lo que ellos necesitan escuchar de parte nuestra.
       En este punto es importante aclarar que al contrario de hacerlos sentir desconfiados o inseguros los límites dan confianza porque ofician como una guía hacia donde ir.


No hay que ser en exceso permisivos

      El que seamos en exceso permisivos no conduce a nada que sea saludable o estimulante , ya que el niño queda como perdido, ya que no sabe que decisión tomar o como actuar porque nadie le mostró las diferentes posibilidades sobre las cuales elegir después. Queda inmerso en esta lógica del “todo vale” , y no sabe para donde agarrar porque no hay nada ni nadie que le esté indicando por donde ir.

Calma y paciencia

      Convengamos sin lugar a dudas en lo difícil que resulta para los padres lidiar con rabietas y berrinches que a veces parecen no tener fin y por lo general tiene lugar en los lugares y momentos más inoportunos. Esta situación nos pone a prueba, teniendo que armarnos de mucha paciencia y calma , ya que de cómo reaccionemos dependerá el comportamiento futuro del niño.
       Tenemos que tener presente que queremos que nuestros niños crezcan siendo creativos y no esperar que sean robots que sigan instrucciones al pie de la letra sin nunca cuestionar nada de lo que digamos. Queremos que se desarrollen expresando sus deseos , sus disconformidades y expectativas, pero sin olvidarnos de cumplir con nuestra parte en su crecimiento, tenemos que establecer nosotros los límites, que serán las herramientas que los enseñen luego a tomar las mejores decisiones posibles. Pensemos que esto no abarca solo la niñez, sino que estamos sentando las bases sobre las que va a crecer nuestro hijo y les enseñamos nada menos que a enfrentarse a la vida. En esto los límites tienen un gran papel. El niño que haya tenido una buena demarcación de los límites va a ser más seguro, confiado, e independiente, y estas cualidades sin duda que lo favorecerán para toda su vida.

Puntos importantes a la hora de poner límites

-Cuando rezongamos o estamos poniendo una penitencia es importante que el niño sepa que si tuvo un comportamiento indebido eso tiene consecuencias. Es fundamental que para que la penitencia surta efecto se dé inmediatamente seguida al mal comportamiento .

-Cuando ponemos el límite y decimos al niño que no se hace tal cosa esta bueno que nos tomemos el tiempo de explicarle al niño por qué es que no se puede hacer,(con una explicación acorde a su edad, claro está) para que ellos puedan entender que nuestra posición no es “a piacere” sino que tiene un fundamento válido.

-Veamos las reglas como un marco, una referencia y un borde que a los niños les da seguridad, los ordena y les enseña valores. A su vez saber que tiene límites al niño le refuerza su confianza y lo protege, ya que muestra que hay alguien detrás que se preocupa por él , y con amor y esfuerzo está guiando el camino por donde seguir.

-Intentar mantener la calma y tener certeza en lo que se dice y transmitirlo con mucha paciencia para nosotros también dar el ejemplo como sus referentes más cercanos.

-Tener coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Por ejemplo, si les pedimos que no griten, y se lo decimos gritando nosotros también, va a ser difícil que el mensaje se entienda. O si ante un mal comportamiento les decimos que les vamos a poner una penitencia, pero no se la ponemos más y queda solo en el discurso , pierde el sentido.

-Hablar con nuestra pareja para conversar y llegar a unir los criterios de ambos sobre cómo vamos a transmitirle las reglas a nuestro hijo de manera que el niño reciba un discurso coherente de parte de ambos y no contrapuesto.

-Poner las reglas sobre la base de una relación familiar afectiva y contenedora.

-Al establecer reglas , los niños se vuelven mas confiados y con una mayor autoestima lo que repercute también en un mejor desempeño y aprendizaje de la vida en sociedad, valores y costumbres.

-La mayoría de las veces sucede que como padres ponemos el acento en lo que el niño hace mal, pero cuando hace lo que se espera de él, o tiene espontáneamente un comportamiento positivo no le damos tanta atención como cuando lo hace mal. Por eso recordemos celebrarle cada vez que haga las cosas bien, ya que nuestra atención en estos momentos lo gratificará y reforzará estos comportamientos positivos.







































































FUENTE: www.mundobebe.com

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