jueves, 19 de enero de 2012

MÉTODO CANGURO - KANGAROO METHOD

Cuando nace un bebé en una sala de partos la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de una madre abrazando con ternura y emoción a su recién nacido. Pero esta instantánea es a veces sólo eso, un segundo y en algunos casos ni eso, porque el bebé es separado de la madre al momento. Desde hace unos años, se ha venido comprobando y defendiendo la necesidad de ese primer contacto entre madres e hijos, lo que se conoce como el método canguro (kangaroo method), un método que nació pensando en los bebés prematuros pero que ha terminado extendiéndose a todos los niños recién nacidos. Es el poder de la piel con piel desde el nacimiento de un niño.
¿Qué es el método canguro?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el método canguro como la atención a los niños prematuros manteniéndolos en contacto piel a piel con su madre. Se trata de un método eficaz y fácil de aplicar que fomenta la salud y el bienestar tanto de los recién nacidos prematuros como de los nacidos a término. Tal y como dice la OMS es un método sencillo, consiste simplemente en mantener al recién nacido en contacto con su madre el mayor tiempo posible tras su nacimiento.
Los orígenes del método canguro
El método canguro fue ideado en Colombia a finales de los años setenta en unas especiales circunstancias, según explica Adolfo Gómez Papín, médico adjunto de pediatría del hospital Joan XXIII de Tarragona, coordinador de los cursos. La masificación de los hospitales en un país con una elevada tasa de natalidad obligaba incluso a que los bebés nacidos de forma prematura tuvieran que compartir incubadora. Esta medida suponía aumentar el riesgo de contraer infecciones, que en estos bebés ya es de por sí elevado. Por esta causa, los profesionales colombianos decidieron adoptar una medida drástica: enviar a los bebés a sus casas con sus madres. Para mantener la estabilidad de la temperatura de los prematuros, uno de los principales objetivos de la incubadora, idearon una faja-mochila (de ahí el nombre de canguro) que permitía el contacto piel con piel entre el niño y su madre.
Lejos de aumentar la mortalidad, los médicos colombianos constataron que ésta disminuía, que el crecimiento o maduración del recién nacido se adelantaba, que la tasa de infecciones era menor y que el bebé iniciaba el proceso de alimentación por leche materna de forma más rápida.
Además de la trascendencia que tenía el método canguro en la maduración de los bebés, había que añadir un factor beneficioso de tipo sociológico: se erradicaba la culpabilidad que la familia ejercía sobre la mujer por no haber culminado con éxito su gestación y se la valoraba entonces como madre.
Tras esta experiencia, hospitales de Estados Unidos comenzaron a aplicar a mediados de los años ochenta el método canguro. Su introducción en Europa llegó de la mano de los países nórdicos, principalmente Suecia. Y en 1994, el hospital Joan XXIII de Tarragona fue el primero en introducirlo en España, a raíz de una reforma en la planta de neonatología que provocó asimismo un cambio en el tratamiento de los prematuros. Actualmente, tanto UNICEF como la OMS lo defienden como una de las prácticas más beneficiosas para los bebés en sus primeros momentos de vida.
Los beneficios del método canguro
Y es que, hasta la fecha no se ha encontrado ninguna contraindicación provocada por este sencillo método. Todo lo contrario, se ha demostrado que mantener a un bebé, sea prematuro o nacido a término, el mayor tiempo posible en contacto con su madre, ayuda a regular la temperatura del bebé, facilita un buen inicio de la lactancia materna y ayuda a potenciar los vínculos afectivos entre la madre y su hijo.
Un método para todos los niños
A pesar de ser un método que nació pensado para los bebés que permanecían demasiado tiempo en las incubadoras, sus beneficios son tales que se ha extendido a cualquier niño nacido a término. Porque el método canguro no es más que acoger a un bebé en el mismo sitio en el que ha pasado sus primeros nueve meses de vida, al lado de su madre. Son los beneficios de la piel con piel.
Ningún rechazo
En la experiencia del hospital Joan XXIII de Tarragona, España, han comprobado que ninguna de las madres de bebés prematuros ha rechazado el método. Ni tampoco los padres. A petición de la propia familia, la planta de neonatología de este hospital español permite también el acceso de otros parientes. Los años de implantación del método canguro han dado también para diversas anécdotas. Adolfo Gómez Papín recuerda el caso de una familia que estableció turnos las 24 horas del día, durante una semana entera, para que el bebé estuviera continuamente estimulado. O el de un recién nacido de tan sólo un kilo y medio de peso que tras ser colocado en el regazo de su madre, lo primero que hizo fue ascender hasta el pecho para mamar. "Las madres están encantadas durante el proceso; pero, además, el momento de llevarse el bebé a casa es menos traumático que en los casos en que los niños han estado en incubadoras sin contacto. Antes, por miedo e inseguridad, algunas madres nos pedían que el bebé se quedara más días", explica Papín.
Los hospitales realizan un seguimiento de la evolución del prematuro en sus primeros años de vida. Actualmente, los centros que aplican el método están estudiando las diferencias que pueda haber entre las enfermedades que posteriormente padecen los niños estimulados y los no estimulados. Otro de los aspectos que se estudian es el de si existen diferencias en el proceso de aprendizaje entre unos y otros.

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