miércoles, 4 de mayo de 2011

LA RISA EN LOS BEBÉS

 INTRODUCCIÓN

Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa. Algo que ha sido demostrado científicamente al descubrir que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos un segundo después de comenzar a reír.
  • ¿Qué ocurre al reírnos?
El cerebro emite una orden que provoca la segregación de endorfinas, sustancias que poseen unas propiedades similares a la morfina, aliviando el dolor, aportando equilibrio entre el tono vital y la depresión.

Al igual que el bostezo, la risa es un comportamiento social neurológicamente programado, cuyo origen se encuentra en la necesidad de sincronizar el estado de comportamiento grupal. Es, por ejemplo, el motivo por el que hay una pista de risas en las series cómicas de televisión. Cuando oímos a otra persona reírse de algo, inmediatamente nos fijamos en ese algo y lo consideramos más divertido que si esa persona no se ríe, y entonces sonreímos o incluso llegamos a reír.
  • ¿Dónde se localiza la risa?
La risa está localizada en la zona prefrontal de la corteza cerebral, donde reside la creatividad, capacidad para pensar en futuros próximos.


LA RISA EN LOS BEBÉS
  • ¿Por qué es tan importante la risa para la salud emocional y física de los bebés?
Reír constituye una emoción muy intensa. Es fundamental para el desarrollo afectivo del niño e indispensable para consolidar su relación con mamá y papá. Pero, aparte de estas ventajas, la risa también ofrece muchos beneficios para la salud del pequeño, y también para la de los más mayores.

• Cuando el bebé es muy pequeñito, las primeras sonrisas son sencillas respuestas musculares que expresan una sensación de bienestar físico.

• También pueden ser ligeras muecas, debidas a la necesidad de digerir, ya que la apertura de la boca puede reflejar la tensión de los músculos que participan en la digestión.

• En este período, el pequeño tan sólo necesita la cercanía del rostro de mamá para poder sonreír y alegrarse. El niño también responderá con una sonrisa ante un cumplido, puesto que reconoce con placer el tono positivo y de alegría de las palabras de su mamá.

• No es hasta los 4-6 meses, cuando el pequeño empieza a emitir sus primeras carcajadas. En este período, el niño utiliza la risa, sobre todo, para liberarse de miedos y ansiedades. Por ejemplo, el niño se ríe si lo lanzan por los aires, si escucha el extraño ruido de una pedorreta o si mamá se esconde y vuelve a aparecer de repente, sorprendiéndole y aliviándole con su presencia (el clásico juego del cucú).

• Además, a esta edad, es cuando empieza a aparecer la auténtica función relacional. La risa del niño, acompañada de muecas y de mayor sonoridad, se convierte en un instrumento para atraer la atención y la benevolencia de los mayores.

•A partir de los seis meses, el niño busca, por sí mismo, el placer del miedo que le hace reír. Por ejemplo, al niño le divierte mucho dejarse caer de repente y que mamá le coja al vuelo, o escapar gateando cuando mamá intenta cogerlo.

• A los dos años, el niño se ríe realizando bromas a los mayores: molesta a papá cuando está durmiendo, se escapa o se esconde y juega a poner a prueba la paciencia de los padres. Estas bromas representan un modo de decir que el pequeño está creciendo y que quiere más autonomía.


A medida que vamos creciendo, ganamos en madurez pero perdemos la espontaneidad de dejarnos llevar por la risa o incluso de ver el lado positivo y cómico de las cosas. De ahí que haya veces que convenga recordar cómo reír. ¿Os gustaría ponerlo en práctica? El siguiente video ayudará a que lo consigáis...





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